Adriabeja soy.

¿No es linda? Esta abejita es muy feliz. Sí, tiene algunos problemas, algunas muchas cositas la intranquilizan, está un poco alterada, pero es feliz. Tiene almita y se encarga de llenarla todos los días con un poquito de amor. Quizás no llega a llenar todo el panal con miel, pero ella se queda con un poquito de esa miel en el camino y es feliz así.

A menudo olvida visitar a sus amigos abejos y abejas de la cantidad de flores a las que tiene que ir por día, pero cuando tiene un rato libre intenta llenar sus almitas también de amor, aunque no todos la entiendan...

A esta abejita hay muchas cosas que le cuestan. Le cuesta olvidar cosas del pasado. No sufre más, ya no... pero no puede olvidar y eso la pone un poco triste. En estos últimos días está descubiendo que lo que la estuvo llenando de felicidad, ya no es igual. Ya... no siente lo mismo. Y eso la asusta, la pone triste, la hace muy chiquitititita. Quiere solucionarlo y no puede... no encuentra la salida. Quizás tenga que dejarlo...

Sí, esta abejita es muy soñadora, tiene muchos proyectos, metas que cumplir. Quizás es por eso que se compromete con ir a tantas flores por día. Cree que todo eso la ayudará a formarse, a ser cada día más ella misma, que podrá así cumplir con sus metas. No quiere fracasar... tiene mucho miedo a eso, intenta e intenta superarse, le cuesta mucho... pero sigue adelante porque quiere llegar alto...

Tiene miedos y tiene felicidad en su corazoncito. Se turnan esos sentimientos, pero uno siempre es más fuerte... su capacidad de amar es celestial, viene del más allá. Ella intenta dejar que eso se apodere de ella y sea todo como debe ser. Quiere vivir tranquila, disfrutar de la vida porque el camino que va recorriendo está lleno de flores para ella, de distintos colores tamaños y ella muchas veces no lo ve. Pero cuando logra esa armonía, esa conexión celestial... es todo tan hermoso. Puede disfrutar del sol, de los rayitos que llegan hasta sus antenitas que bailan de alegría. Quiere que siempre sea así... siempre.

Y hoy esta abejita piensa que tiene que dejar de ponerse triste por motivos insignificantes. Tiene que ver cada día que llevar y traer miel es hermoso tan sólo poniendo amor en esa tarea. Tiene que sonreir a toda aquella abeja que se le cruce para contagiarle la felicidad de querer transformar. Tiene que darse tiempo para pensar, para reflexionar. Tiene que lograr más seguido esa armonía que de tanta paz la llena. Tiene que dejarse ser...

...Adriabeja.